Cuando la fe muere, el curanderismo la revive.
Desde tiempos remotos, el hombre entendió que a lo
largo de su vida, existen periodos de sufrimiento por causa de enfermedades
físicas y psíquicas. Y para lograr curarse de esos males, ha buscado un ‘poder
superior’, que es invocado a través de un individuo que sirve como una especie
de
mediador entre el ente superior y quien padece algún mal.
Esa práctica es comúnmente conocida en el Perú, como
‘chamanismo’ y tiene su origen en la época pre hispánica, en la que tuvo una
participación muy importante en las diferentes culturas pre incas, y fue
ejercido principalmente por sacerdotisas y curanderas. Llegando incluso a
otorgarles a las primeras, el poder para gobernar, como es el caso de las
sacerdotisas de la cultura Mochica.
Según el informe elaborado por estudios en el complejo
arqueológico ‘Huacas del Sol y de la Luna’, titulado, “Curanderas a la sombra
de la Huaca de la Luna”, que realizaron Bonnie GLASS-COFFIN, Douglas SHARON y
Santiago UCEDA; existen registros de una curandera de la cultura Moche,
quien sostenía un trozo de ‘San Pedro’ en la mano, del que aseguran, fue el
remedio principal para las curaciones en aquel periodo de tiempo.
Actualmente se sigue usando plantas como el San Pedro, o
también las hojas de coca o el tabaco. Asimismo, los chamanes repiten la
función que ejercían los curanderos desde el periodo pre inca, la de sanar a
otros individuos por males físicos o psíquicos. Costumbre que se ha mantenido a
través de varias generaciones.
Factores que influencian en la creencia del chamanismo
Las zonas rurales del Perú, son caracterizadas por ser
lugares apartados de las grandes ciudades, y por ende, existe mayor
predisposición de acudir a un chamán, ante cualquier tipo de malestar.
Desplazando en muchas ocasiones las creencias de cualquier iglesia cristiana.
Por otro lado, en lugares en donde funcionan centros de
salud, los pobladores acuden para tratarse por distintas enfermedades. Sin
embargo, cuando la medicina científica no resulta ser la solución, se apoyan
también en el chamanismo.
El chamanismo en Lambayeque
En la región Lambayeque podemos encontrar manifestaciones de
creencias y prácticas de chamanismo en distintos lugares. Entre los distritos
en donde más se práctica, están: Salas, Ferreñafe, Mórrope, Pomalca, Picsi. Se
dice que los mejores curanderos del Perú, están en el norte, por lo que ellos
no dudan en hacer alarde de su lugar de nacimiento o formación.
Sin embargo, a pesar de considerar a las prácticas
curanderiles como parte de la cultura popular, existe una rotunda oposición de
la Iglesia Católica y de la ciencia, ya que desde el punto de vista católico –
en el caso de este reportaje, dado por el sacerdote de la diócesis de Chiclayo,
Edwin Santa Cruz, “la iglesia no está de acuerdo con estas costumbres”.
Además señala que “todas las prácticas de magia o hechicería
son gravemente contrarias a la religión…”. A pesar de que la iglesia es más
condescendiente actualmente, esto no quita la desaprobación de esta hacia
aquellas acciones. Pero, aún en la costa, sierra y selva; millones de peruanos
acuden a ser tratados por métodos que suelen parecer muy excéntricos. Tuvimos
la oportunidad de conversar con el chamán, Julio Parraguez, quien ofrece
sus servicios en toda la región Lambayeque, y manifiesta que de cada siete
personas que lo consultan, cinco se encuentran decepcionadas con los resultados
de la medicina científica.
Si el medico no te puede curar y vas a un curandero quien
por medio de oraciones, baños, frotaciones, te sana. ¿Qué significa? Algo te
han hecho, porque si el medico no te ha curado en 3, 4 u 8 meses y te vas a un
curandero y en 24 horas te cura algo… pero no muchas personas creen. Y el
medico cree, solo que no da su brazo a torcer porque por algo han estudiado 5
años”, mencionó el chamán, Parraguez.
Los chamanes creen que se puede predecir el destino, o que
pueden realizar curaciones, apoyados según sus creencias y a pesar
de que es una tradición que viene desde siglos atrás, hoy, en pleno siglo XXI,
ésta aún sigue vigente y siendo practicada creando ciertos misterios y
secretos que hacen del curanderismo una práctica que ha sabido subsistir a
través del tiempo.
La ciencia ante el chamanismo
No se podía dejar de lado el punto de vista científico ya
que para muchas personas la ciencia es la única verdad, el Dr. Juan Razuri nos
da su opinión acerca del chamanismo: “…No quiero quitarle protagonismo a las
practicas ancestrales. Cuando una persona recurre a un chamán como primer o
último recurso, generalmente tras una enfermedad o problemas, está acudiendo al
lugar con un componente emocional muy fuerte. Actualmente una nueva rama de la
medicina llamada psiconeuroendocrinoinmunología estudia exactamente lo
mencionado anteriormente y esto va relacionado a las emociones; Para
explicarnos mejor, cuando el chamán trata a algún paciente este le quita toda
la carga emocional negativa y por ende el paciente se va a sentir mejor…”
Como prueba de ello tenemos a dos pacientes quienes
participaron en los rituales de Parraguez, el primero un joven empresario dueño
de restaurantes Camilo Soto quien también nos contará cual fue su experiencia
con estas prácticas “… Yo tengo un restaurante y hasta cierto momento me iba
muy bien desde su apertura, hasta que un día de la nada me sentía con mucho
malestar, mi prometida me dijo que no podía estar conmigo y en mi negocio pocas
personas asistían. Fue ahí cuando decidí recurrir al señor Julio Parraguez
quien no solo me dijo que tenía, sino que además hizo que me sintiera mejor a
pesar de que yo ya había visitado a un doctor” afirma Soto.
Conjunto de "amuletos" que atraen la buena suerte
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De esta manera el curanderismo terminar siendo, muchas
veces, el último eslabón de la cadena de la desesperación. Allí donde termina
la ciencia es donde empieza el curanderismo con sus poderes ancestrales y
volvemos a verlo en acción cuando nos encontramos con la menor, a quien por
motivos de seguridad cambiamos el nombre, Carla Diaz; ella es una ex paciente
del señor Parraguez la cual ingresó a su centro de trabajo estando poseída, sí,
como se lee. Ella, nos cuenta cómo fue su experiencia: “Cuando iba a dormir,
sentía que alguien me miraba, yo sabía que iba a empezar porque me escocía todo
el cuerpo…después de eso, yo despertaba y no me acordaba de nada, mi mamá dice
que cambiaba”.
Carla, una joven de tan solo 14 años tuvo que ser
intervenida de urgencia debido a cambios rotundos en su comportamiento. Su
madre cuenta que todo empezó de la noche a la mañana cuando notó que su hija
tenía cambios rotundos de ánimo y pronto sería totalmente incontrolable; la
niña estuvo asistiendo a un Psicólogo el cual dio dos diagnósticos equívocos
–en apariencia acertados- dotando a la niña con cuadros de esquizofrenia y
trastornos de personalidad múltiple, recetando tratamientos que no harían
efecto alguno y posteriormente, los mismos, empeorarían el estado de la
paciente. No fue sino hasta que el señor Parraguez tratara a la menor para que
se notase mejora en ella; él cuenta de qué manera pudo tratarla con rezos y así
procurar la mejora de la menor, quien actualmente se encuentra en recuperación,
asistiendo a la iglesia y siendo visitada paulatinamente por el señor Julio
quien realiza rezos en su hogar para mantener las cosas en orden.
De esta manera podemos notar como es que una práctica
puede cambiar la manera de pensar y actuar de una
persona. Para muchos es sugestión, para otros, es cuestión de fe. Lo que sí es
claro y está demostrado, es que en la medida en que se crea firmemente en lo
que se hace o se diga, otorgamos a nuestra mente un orden contundente para que
lo haga realidad; la mente del hombre es infinitamente poderosa y puede hacer
asequible lo que se proponga.
Por José Cabrera y Yasmin Vera .